Por Camila Mora
Muchos ven la pandemia como la oportunidad de reinventarnos, estamos inmersos en un sistema de crecimiento sostenido en un mundo con recursos limitados. El avance de la ciencia y tecnología ha tenido como consecuencia un aumento exponencial de la población, somos cerca de 7.5 billones de humanos con necesidades básicas de alimentación, abrigo y agua; además de un alto consumo de combustibles, recursos minerales y forestales para satisfacer necesidades que hace 100 años no existían, como la tecnología. Hemos buscado el bienestar sin considerar los límites naturales de saturación y regeneración de los ecosistemas. Hace aproximadamente 20 años se encendieron las alertas sobre las consecuencias de este acelerado ritmo, y hasta el día de hoy no hemos hecho lo suficiente para revertir, o al menos estancar, esta situación.
La pandemia presenta una oportunidad única para aprovechar esta desaceleración forzada. La reactivación económica nos permite acomodar nuestro consumo y avanzar a un modelo de economía circular, en donde reutilizar, reciclar, reparar, reducir los desechos y minimizar el consumo de recursos naturales es vital. Los niños y jóvenes tienen un alto potencial de evolución con una conciencia ecológica avanzada, necesitamos políticas públicas que realmente incentiven a las grandes industrias a reinventarse con procesos y productos sustentables, en donde los cambios sean significativos, para que las siguientes generaciones gocen de los beneficios de este mundo, y no tengan que luchar por sobrevivir con lo poco que dejemos.