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La moda evolutiva en tus manos

Por María José Gómez Gracia


La cuarentena nos ha quitado mucho, pero, por otro lado, ha sido una oportunidad para que muchas de nosotras desarrollemos interés por actividades manuales de diversa índole. Desde meter las manos en la masa para hacer una deliciosa pizza, la decoración y reorganización de espacios, como también aprender a bordar, retomar el tejido, hasta remendar una prenda de tu closet.


Y me detengo en este último punto porque la corriente del “hazlo tu mismo” o “DIY” sigue ganando adeptos hasta para los mas científicos.


¿Por qué señalo esto? Como creativa he observado que es la práctica la que hace al bailarín... y aunque unos mas hábiles que otros, todos poseemos un lenguaje propio, la clave es permitirse un espacio de ocio y experimentar de manera consciente sin miedo ni etiquetas preestablecidas.


Partamos por permitirnos ese “espacio de ocio”. El científico e ingeniero californiano Andrew J. Smart, en su libro “el arte y la ciencia de no hacer nada” (2014), plantea los beneficios que el ocio genera para el desarrollo de la creatividad, porque son justamente en esos momentos en los cuales se activan ciertas regiones cerebrales que tienen que ver con el autoconocimiento donde el pensamiento no instrumental se manifiesta.


La ciencia señala, que el desarrollo de nuestras habilidades creativas asocia la imaginación y la creatividad a personas que desarrollan más su hemisferio derecho, sin embargo, estudios recientes publicados en la revista Bayesian Analysis, descubrieron que las personas con mejor puntuación en creatividad alta mostraron que las conexiones entre los hemisferios derecho e izquierdo son la clave por tanto nos invita hoy a desetiquetarnos.


Hoy la tendencia creativa, le entrega poder a tus manos para personalizar una prenda en simples paso, sin siquiera tener una maquina de coser en casa. Esta tendencia es evolutiva porque revaloras una prenda desde el cuidado del medioambiente y además en un estado muchas veces meditativos como tantas tareas manuales repetitivas lo son.


Al reparar, tejer o reinventar un prenda estamos ayudando a mantener nuestro cerebro ágil. Maniobrar con precisión la aguja y el hilo requiere que tengamos motricidad fina y concentración. A veces tenemos que crear y seguir un diseño o patrón particular o bien elegir idearlo nosotros mismos y esto nos ayuda en todo momento a mejorar la función cerebral. Además disminuye la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la tensión muscular que ayuda a reducir drásticamente tus niveles de estrés. El trabajo con tus manos ayuda a generar momentos de calma, desconectándote de tus problemas cotidianos.


Más tijeras y agujas silencian un rato la mente…la invitación es a reforzar nuestro aprendizaje y autoconocimiento por medio de la moda evolutiva”.

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