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La Tierra como hogar

Por Francesca Chiappa G.

@franchiappag



En 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 22 de abril como el Día de la Tierra. Al hacerlo, los Estados Miembros reconocieron a la Tierra y sus ecosistemas como nuestro hogar común y expresaron su convicción de que es necesario promover la armonía con la naturaleza para lograr un equilibrio justo entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.


Suena bonito, pero ¿de qué sirve tener el calendario repleto de efemérides ambientales si en la cotidianidad nos olvidamos de los compromisos adquiridos? Por definición, “hábito” es la práctica habitual de una persona, animal o colectividad. Y son justamente nuestros hábitos los que hacen la diferencia a la hora de celebrar el Día de la Tierra, una fecha que busca concientizar sobre los problemas que afectan al planeta y sus especies.


Y para eso contamos con una gran ventaja, hoy tenemos acceso a muchísimo material para entender la crisis climática que enfrentamos, desde artículos científicos hasta documentales y podcast, por lo tanto, de nosotros depende el concientizarse. Está en uno decidir ser parte del problema o de la solución.


Si optas por lo último, quizá como a mí, te dirán que aún cuando modifiques tus hábitos, es imposible que cambies el mundo. Y es cierto. Ni tú ni yo podremos conseguirlo, pero cuando pasamos de ser unos pocos a millones de personas unidas por una causa sí es posible generar un impacto positivo en nuestro entorno, ¡tenemos ese poder!


Ciertamente con la pandemia la mayoría de las personas hemos pasado más tiempo que nunca en nuestras casas y eso ha significado poner más atención en aquellas áreas que quizá estaban deteriorándose y que requerían un cuidado adicional para permitirnos vivir mejor.


En el Día de la Tierra quiero invitarte a que la reconozcas como tu hogar, porque lo es, es donde has habitado desde el primero de tus respiros. Aún cuando bajes la mirada para evitar ver lo dañada que está, créeme, inevitablemente va a repercutir en ti; en tu calidad de vida, en tu bienestar. No me mal entiendas, este no es un mensaje pesimista ni alarmista, lo que busco es ayudarte a comprender que tu casa necesita con urgencia de tu atención.


Ve a tu ritmo, comienza con esa área que te parezca más fácil. En mi caso fue la alimentación, luego el reciclaje, después incorporé el hábito de gestionar los residuos orgánicos y hoy intento consumir a granel y local. ¿Consigo hacerlo todo? no, pero sin duda mis hábitos han mejorado y con ello me siento más consecuente a la hora de celebrar efemérides ambientales.


Nuestras acciones son tremendamente valiosas para mantener la Tierra, nuestro único hogar, en mejores condiciones, desligarnos de esa responsabilidad tan poderosa terminará por dejarnos sin ningún refugio donde albergarnos.

 
 
 

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