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¿Por qué la igualdad de género es crucial para el desarrollo sostenible?

Por Francesca Chiappa G.

@franchiappag


Cuando recibí la invitación de Mujer Sustentable para escribir sobre “equidad de género como un ODS fundamental en materia de sustentabilidad” en mi mente vino un muy chileno “¡chuta!” y es que ¿cómo abordar un tema que da para tanto en una sola columna?”


Sinceramente creo que no se puede, pero sí es posible entregarles ciertas bases y hacer una introducción que nos acerque a entender por qué poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres es crucial para el desarrollo sostenible.


Partamos por el comienzo.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible fue aprobada por los Estados Miembros de la ONU en la cumbre mundial para el desarrollo sostenible de 2015. Con el fin de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todas las personas, se establecieron 17 objetivos, 169 metas, y una declaración política.


Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están integrados entre sí, ya que reconocen que las intervenciones en un área afectarán los resultados de otras y que el desarrollo debe equilibrar la sostenibilidad medioambiental, económica y social.


La “Igualdad de Género” es el ODS número 5 y es que la crisis climática que enfrentamos, así como la migración producto de este fenómeno, continúa teniendo un efecto desproporcionado en mujeres y niñas.


El 2019, Nature Climate Change publicó una investigación dirigida por la Universidad de East Anglia (UEA, Reino Unido) cuyas principales conclusiones dan cuenta que las mujeres, enfrentadas a problemas de supervivencia cotidiana, en ausencia de infraestructura y servicios de apoyo, a menudo trabajan más duro, en condiciones más pobres y por salarios más bajos. Esto supone resultados negativos de bienestar, particularmente por la desatención a su salud y alimentación.


Es por ello, que el empoderamiento de las mujeres y la reducción de las brechas de género en la salud, educación, mercados laborales y otros, tiene un efecto directo en el crecimiento y desarrollo económico a nivel mundial.

Poner fin a la discriminación, violencia, explotación sexual y a la división desigual del trabajo no remunerado, permite conseguir comunidades más resilientes, disminuir la pobreza, alcanzar una mayor productividad agrícola, y optar a una mejor nutrición y educación.


En pocas palabras, no puede existir el desarrollo sostenible si no se afrontan los obstáculos tangibles e intangibles que impiden que la mitad de la población progrese.


Es urgente comprender que la igualdad de género no sólo es un derecho humano fundamental, sino una base necesaria para lograr un mundo próspero y sostenible.



 
 
 

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